viernes, 19 de diciembre de 2008

Punto cero

Quien lea esto, y me conozca, buscará la relación entre el nombre del blog y qué es lo que tiene que ver conmigo. Busqué un nombre un tanto inusual y que me identificara, doradoboy, ¿por qué?



Aún no viene la respuesta, pues quisiera antes hacer hincapié en el momento por el que estoy pasando, de término de un importante ciclo, el cuál se puede asociar a periódo escolar, pero me gustaría darle el realce que se merece, el que va más de aquello, el cuál es de un periódo, que fue parte de mi crecimiento como estudiante y alumno de algún plantel, pero por sobre eso, como persona.



Siempre me ha intrigado y me llamó a ser investigada la historia del anhelado Dorado, lugar lleno de riquezas, con calles de oro, ornamentación sin igual en todo el mundo, repleto de riquezas, donde el rico metal era tan abundante, que se llegaba a despreciar.



Para cualquier ser humano, un lugar de ensueño, más aún, cuando el motivo primorial para muchos que se aventuraron al "Nuevo Mundo", era hacerse ricos y poderosos.



Se habló y especuló mucho respecto a su existencia, muchos murieron en el intento, múltiples exploradores, buscaron en Colombia, Venezuela, Ecuador, Amazonas y otras zonas de América
del sur, sin encontrar el anhelado lugar. Una de las hipótess que recobró mayor fuerza es que el tesoro se ocultó en el fondo del lago Titicaca, del cuál nunca se podrá extraer, otra idea era que se encontraba en el Lago Guatavita, en el cuál tras investigaciones, se comprobó que no era así, como ocurrió en muchos otros lugares.

Esto a modo de explicación del porqué del nombre.

Lo elegí, porque el Dorado, fue anhelado por mucha gente, buscando en él tan sólo la riqueza, y creo que es lo que vivimos muchos de nosotros, buscando siempre algo, algo que quizás no existe, o probablemente nunca se encuentre, sin darnos cuenta que lo más factible, es que esté frente a nuestra nariz, por muy pequeño e insignificante, lejos de lo utópico, lejos de lo ideal, más bien ubicado en un lugar no oculto, rodeado de sencillez y sinceridad.

Lo triste es, cuando pasamos gran parte de nuestra vida buscándolo, pero más triste es cuando pasamos la vida entera anhelando algo que nos daría la alegría terrenal y finalmente nunca la encontramos.